(Lima, 18 nov.).- En los próximos tres años, el Ministerio de la Mujer espera aumentar en 30% el número de mujeres rurales con títulos de propiedad, ya que solo el 21% posee esa condición a diferencia del 79% de hombres, señaló la titular de la cartera, Carmen Omonte, quien anotó que con esta medida se busca impulsar el acceso del sector femenino al crédito formal.
Para el 2017 se prevé también aumentar en 30% el número de mujeres campesinas que se incorporen a los comités de las Juntas de Regantes, de tal forma que participen de la toma de decisiones.
Omonte destacó que otra de las metas más relevantes es el incremento en 30% de la cifra de jefas del hogar en el campo que accedan a información, capacitación y transferencia de tecnología hasta el 2017 para mejorar su calidad de vida. “Se estima que un 20% más usará tecnologías limpias en los procesos de combustión domésticas (cocinas mejoradas)”, refirió.
“Las desventajas históricas de las mujeres, su limitado acceso a recursos, las restricciones a sus derechos y el silencio de sus voces a la hora de influir en decisiones las hace altamente vulnerables al calentamiento global, según lo señaló recientemente el Informe Sobre Desarrollo Humano”, señaló.
“Las desventajas históricas de las mujeres, su limitado acceso a recursos, las restricciones a sus derechos y el silencio de sus voces a la hora de influir en decisiones las hace altamente vulnerables al calentamiento global, según lo señaló recientemente el Informe Sobre Desarrollo Humano”, señaló.
Ámbito urbano
Según la titular del Ministerio, la mujer frente al cambio climático también se encuentra en situación de desventaja en el ámbito urbano. En promedio, recibe salarios hasta un 40% más bajos que los varones y cuando se trata de puestos de altas dirección, el número de las que los alcanzan es 10% menor que en el caso de los hombres. En cargos públicos directivos, la brecha llega al 20%.
“Trabajan predominantemente en informalidad, con jornadas laborales mucho más largas que las estipuladas por ley, con ingresos bajos y sin ningún derecho. Si son madres solteras, sufren altas tasas de desempleo. En general, en la región, la mayoría está excluida de los procesos productivos formales, sufre violencia en sus hogares, en el trabajo y en la calle”, anotó Omonte.
Frente a esta realidad, uno de los objetivos del MIMP al 2015 es la implementación de la Dirección de Emprendimiento y Desarrollo, dirigida a empoderar con capacitación a las mujeres en situación de vulnerabilidad.
En el mediano plazo, son dos los desafíos del MIMP frente al Cambio Climático: lograr la inclusión del enfoque de género en la Estrategia Nacional y el Plan de Gestión de Riesgos contra este fenómeno; así como en la propuesta de Ley marco de Cambio Climático. Finalmente, también urge la aprobación de la Ley de Alternancia.
(Fuente: Andina)
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