Quiero decirle a mi país que hoy más que nunca mi visión y convicción de un país justo y con justicia se fortalece. Necesitamos construir confianza en las instituciones. Confianza en la justicia. Confianza entre nosotros.
Lo que pretenden hacer conmigo vulnera los principios básicos de esta confianza que necesitamos como país para avanzar. Es increíble que luego de 4 fiscales y 26 meses de investigación fiscal se concluya que:
- No es suficiente haber demostrado el origen lícito de los fondos utilizados en una transacción comercial entre privados.
- No es suficiente que la Fiscalía de la Nación haya declarado que ni mi esposa ni yo tenemos desbalance patrimonial y, en consecuencia: no nos hemos enriquecido ilícitamente en el ejercicio de mi función presidencial.
- No es suficiente haberme levantado el secreto bancario en el país y el exterior, y no haber encontrado nada.
Es decir, que como no se encuentran pruebas fehacientes que me incriminen, se requiere continuar investigando y ahora ante un Juez.
Una investigación así de laxa se convierte en una investigación política. Se me quiere acusar sin pruebas. Sin una teoría coherente que sustente una acusación. Sin plazo razonable de investigación. Sin considerar las pruebas financieras que demuestran la licitud del dinero. Y sin valorar la opinión de los peritos contables que sustentan la veracidad de las transacciones financieras.
Este es un tema de plazos. No solo de plazos judiciales, sino electorales. No me detendrán. Seguiré recorriendo mi país. Yo no me corro. No me refugio en el Japón o Paris. Yo doy la cara. Que la justicia haga su trabajo. Con justicia y celeridad.
Piura, 28 de marzo de 2015.
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